En unos lugares de la tierra hace calor y en otros frío, en unos llueve mucho y en otros poco. De estas diferencias dependen la variedad de los paisajes vegetales, las características de los ríos, la fertilidad de los suelos, los tipos de cultivo, las formas de agricultura y ciertas catástrofes naturales. De ahí el interés por conocer los distintos climas y paisajes del planeta.
· Introducción histórica
Los primeros en interesarse por la Meteorología fueron los chinos,
quienes por dedicarse fundamentalmente al cultivo de arroz precisan de abundantes
lluvias; así el filósofo Lao-tzu- cita que si sopla un viento fuerte durante
toda la mañana habrá lluvia durante más de 24 horas.
La navegación a vela de los fenicios y griegos por todo el Mediterráneo obligaba a fijarse en la frecuencia y velocidad de los vientos. Un filósofo griego escribía que la lluvia y la nieve eran originadas por los vientos del Sur. Sin embargo, en Grecia se mezclaba la ciencia con la superstición hasta tal punto que el escultor Andronicus Cyrrestes (200 años antes de Jesucristo) construyó la "torre de los vientos", que aún se conserva. La torre tiene ocho fachadas correspondientes a los ocho vientos entonces conocidos. En cada una aparece la figura de una divinidad griega responsable del tiempo atmosférico que origina.
La navegación a vela de los fenicios y griegos por todo el Mediterráneo obligaba a fijarse en la frecuencia y velocidad de los vientos. Un filósofo griego escribía que la lluvia y la nieve eran originadas por los vientos del Sur. Sin embargo, en Grecia se mezclaba la ciencia con la superstición hasta tal punto que el escultor Andronicus Cyrrestes (200 años antes de Jesucristo) construyó la "torre de los vientos", que aún se conserva. La torre tiene ocho fachadas correspondientes a los ocho vientos entonces conocidos. En cada una aparece la figura de una divinidad griega responsable del tiempo atmosférico que origina.
· Tiempo y clima
Para poder tener una visión completa de
los climas a nivel del globo, no queda otra solución que analizar separadamente
los elementos del tiempo. Estableciéndose así los distintos climas a partir de
los valores medios de la temperatura, presión atmosférica, dirección y fuerza
del viento, cantidad de nubes, humedad, cantidad de lluvia etc., registrados
durante un período de tiempo muy largo, generalmente de treinta años. La
utilidad del concepto de clima se debe a que, por ejemplo, la temperatura media
de un lugar durante un período de treinta años es prácticamente la misma que
durante otros treinta años distintos. Esto nos permite decidir si el clima de
un lugar es frío o cálido. El registro continuo de los datos meteorológicos
permiten igualmente apreciar las posibles variaciones o cambios que se pudieran
producir a la norma establecida para un determinado lugar.
· Distribución de la temperatura
El
reparto horizontal de las temperaturas sobre el globo terrestre, viene
determinado principalmente por la latitud y por la configuración o reparto de
las tierras y de los océanos.
En el planeta
Tierra hay climas por diversos factores:
< Al tener un eje de inclinación, no hay el mismo tiempo
de insolación y por tanto se producen distintas estaciones.
< Las superficies que están oblicuas al sol se
calentarán menos que las perpendiculares. Por tanto, influye la inclinación
de la superficie expuesta.
La atmósfera
evita que pasen algunas de las ondas del sol, por tanto también influye en la
formación de los climas en el planeta Tierra. Influye en la cantidad de
atmósfera que debe atravesar la onda del Sol. En las zonas polares hay más atmosfera,
por eso llegan menos ondas solares, mientras que las zonas ecuatoriales reciben
mucha más radiación solar.
Si esto ha sido siempre así y el ecuador ha recibido más radiación solar…
¿Por qué no aumenta la diferencia de temperaturas entre el ecuador y los polos?
La Tierra
irradia más o menos la misma energía en el ecuador que en los polos, de forma
que el ecuador recibe más radiación de la que desprende y los polos desprenden
más radiación de la que recibe. El viento regula esto: las corrientes atmosféricas
y también las corrientes oceánicas. Al redistribuirse la energía, se desprende
de todas las zonas de la Tierra más o menos igual.
Ø La atmósfera, escenario de los fenómenos meteorológicos
Los distintos fenómenos meteorológicos que
componen el "tiempo" tienen como escenario la atmósfera, masa
gaseosa que constituye la capa externa y envolvente de la Tierra. Con un
espesor que se aproxima a los dos mil kilómetros, hace posible la vida en nuestro
planeta. Y ello por dos de sus características: por los gases que la forman
(especialmente el oxígeno), y por actuar a modo de termostato, al regular el
calor de y sobre la superficie terrestre.
La atmósfera no es uniforme, pero su estructura permite considerar capas o estratos en la misma. Estas capas pueden establecerse o diferenciarse en relación a diversas características, una de ellas el estado o comportamiento térmico. Según este criterio, se observa que, comenzando a nivel de superficie, la temperatura desciende a razón constante de 6,4º C. por kilómetro en promedio, y ello hasta una altura que varía de 8 a 10 kilómetros sobre los Polos y de 15 a 18º C. sobre el Ecuador. La capa que presenta esa variación térmica constante se denomina Troposfera.
A partir de la troposfera aparece una capa en la que la temperatura aumenta, primero lentamente hasta una altura de treinta kilómetros, luego rápidamente hasta los 50 kilómetros. Esta capa se denomina estratosfera, muy rica en ozono. Más allá se extienden la mesosfera, termosfera y por último la exosfera, formada por moléculas sueltas cuya concentración va disminuyendo progresivamente hasta los dos mil kilómetros de altitud, límite en el que suele fijar la barrera entre la atmósfera y el espacio interestelar.
La
atmósfera actúa como un filtro que impide que lleguen todos los rayos del sol a
la Tierra. Algunos de los rayos más perjudiciales, como los rayos X y los
ultravioleta son totalmente absorbidos en las capas altas de la atmósfera. Los
rayos ultravioleta son totalmente absorbidos en la capa de ozono,
situada entre los 25 y los 40 Km de altura.
En la capa inferior de la atmósfera, llamada troposfera (bajo el nivel de la Tropopausa), tienen lugar los fenómenos atmosféricos. Es la más importante para la vida. En ella se encuentra el aire, que está compuesto de oxígeno (21%), nitrógeno (78%) y otros gases. Entre la atmósfera y la superficie terrestre se produce un intercambio permanente de calor a través de los movimientos constantes del aire, la evaporación y la condensación del vapor de agua.
Cualquier alteración en la atmósfera provocaría grandes trastornos en las formas de vida de la superficie terrestre. Pequeñas variaciones de la temperatura media del planeta pueden producir cambios en el clima de todo el mundo. Se ampliarían zonas de sequía y aumentaría la erosión de los suelos. La falta de agua y el aumento de los incendios provocarían la desaparición de bosques...
En la capa inferior de la atmósfera, llamada troposfera (bajo el nivel de la Tropopausa), tienen lugar los fenómenos atmosféricos. Es la más importante para la vida. En ella se encuentra el aire, que está compuesto de oxígeno (21%), nitrógeno (78%) y otros gases. Entre la atmósfera y la superficie terrestre se produce un intercambio permanente de calor a través de los movimientos constantes del aire, la evaporación y la condensación del vapor de agua.
Cualquier alteración en la atmósfera provocaría grandes trastornos en las formas de vida de la superficie terrestre. Pequeñas variaciones de la temperatura media del planeta pueden producir cambios en el clima de todo el mundo. Se ampliarían zonas de sequía y aumentaría la erosión de los suelos. La falta de agua y el aumento de los incendios provocarían la desaparición de bosques...
· El
tiempo cambia
Los cambios bruscos del tiempo se deben a
desplazamientos sobre la superficie de la Tierra de masas de aire, que tienen
características muy diferentes en cuanto a temperaturas, humedad o presión se
refiere; estas masas de aire cubren extensas zonas del planeta. Según estos
criterios podríamos diferenciar:
1.- Masas de aire polares:
Reciben menos energía solar y cubren no sólo las regiones polares, sino también buena parte de la zona que se considera templada.
De igual forma, se distingue entre aire polar marítimo y aire polar continental, siendo el segundo más seco y por tanto más frío que el primero.
Reciben menos energía solar y cubren no sólo las regiones polares, sino también buena parte de la zona que se considera templada.
De igual forma, se distingue entre aire polar marítimo y aire polar continental, siendo el segundo más seco y por tanto más frío que el primero.
2.- Masas de aire cálidas:
Pueden ser tropicales marítimas y tropicales continentales. Las primeras tienen un carácter cálido y un grado muy alto de humedad, ya que se extienden a lo largo, de los grandes océanos sometidos por la radiación solar a una evaporación intensa. Las segundas, que se extienden por los continentes en esas latitudes, se las considera continentales y, aunque de carácter cálido, no presentan un alto grado de humedad. Tienden a ser más bien secas.
Pueden ser tropicales marítimas y tropicales continentales. Las primeras tienen un carácter cálido y un grado muy alto de humedad, ya que se extienden a lo largo, de los grandes océanos sometidos por la radiación solar a una evaporación intensa. Las segundas, que se extienden por los continentes en esas latitudes, se las considera continentales y, aunque de carácter cálido, no presentan un alto grado de humedad. Tienden a ser más bien secas.
Los contactos entre las diferentes masas de aire de desigual temperatura y grado de humedad son bruscos, originando tormentas y precipitaciones de diversa consideración; a este fenómeno meteorológico se le denomina frentes.
· Elementos que influyen en el clima
Se establecen mediante promedios. Hablamos de temperaturas medias (diarias, mensuales, anuales...) y de oscilación o amplitud térmica, que es la diferencia entre el mes más frío y el mes más cálido de un lugar.
Precipitaciones
Se establecen mediante los totales recogidos en los pluviómetros, las cantidades se suman y determinan el régimen pluviométrico del lugar o zona, estimándose como lugar seco o húmedo o estación húmeda o de humedad constante.
Se establecen mediante los totales recogidos en los pluviómetros, las cantidades se suman y determinan el régimen pluviométrico del lugar o zona, estimándose como lugar seco o húmedo o estación húmeda o de humedad constante.
Presión atmosférica
En
las masas de aire, los distintos niveles de temperatura y humedad determinarán
los vientos, su dirección y fuerza. La presión del aire se mide con el
barómetro, que determina el peso de las masas de aire por cm2, se
mide en milibares y se considera un nivel de presión normal el equivalente a
1.013 mbs.
Humedad
La humedad de las masas de aire se mide con el
higrómetro, que establece el contenido en vapor de agua. Si marca el 100%, el
aire ha llegado al máximo nivel de saturación; más del 50% se considera el aire
húmedo y menos del 50% se considera aire seco.
· Factores del clima
En
la distribución de las zonas climáticas de la Tierra intervienen lo que se ha
denominado factores climáticos, tales como la latitud, altitud y localización
de un lugar y dependiendo de ellos variarán los elementos del clima.
Latitud
Según la latitud se determinan las grandes
franjas climáticas, en ello interviene la forma de la Tierra, ya que su mayor
extensión en el Ecuador permite un mayor calentamiento de las masas de aire en
estas zonas permanentemente; disminuyendo progresivamente desde los Trópicos
hacia los Polos, que quedan sometidos a las variaciones estacionales según la
posición de la Tierra en su movimiento de traslación alrededor del Sol.
Altitud
La
altitud respecto al nivel del mar influye en el mayor o menor calentamiento de
las masas de aire. Es más cálido el que está más próximo a la superficie
terrestre, disminuyendo su temperatura progresivamente a medida que nos
elevamos, unos 6,4º C.. cada 1.000 metros de altitud.
La localización
La
situación de un lugar, en las costas o en el interior de los continentes, será
un factor a tener en cuenta a la hora de establecer el clima de esa zona,
sabiendo que las aguas se calientan y enfrían más lentamente que la tierra, los
mares y océanos suavizan las temperaturas extremas tanto en invierno como en
verano, el mar es un regulador térmico.
Esos elementos y factores habrá que combinarlos
adecuadamente en el establecimiento de los climas de los distintos lugares de
la Tierra, e incluso habrá que matizarlos con factores particulares si hablamos
de microclimas. Los climas de la Tierra se reflejan en la distinta vegetación,
fauna, asentamientos humanos y actividades económicas de estos según las zonas
y la tipología.
· La latitud determina
la insolación terrestre. La zona intertropical es la que recibe mayor insolación por unidad de superficie, al incidir perpendicularmente sobre ella
los rayos solares. Por otro lado, los días tienen casi la misma duración que
las noches, por lo que las variaciones térmicas estacionales son muy suaves. Al
mismo tiempo las amplitudes térmicas se ven también moderadas por la existencia
de gran cantidad de vapor en la atmósfera.
Ya en las latitudes medias, los rayos solares inciden con mayor oblicuidad
sobre la superficie terrestre, lo que determina temperaturas medias
paulatinamente más bajas. Al mismo tiempo por la inclinación del eje de la
Tierra, la diferenciación es neta, al menos en dos estaciones, una de verano
-con una duración mayor de los días respecto de las noches y, por tanto, con un
balance positivo de radiación- y otro de invierno -con las noches más largas
que los días y, por ello un balance térmico negativo-. Ello conlleva un régimen
térmico con importantes variaciones periódicas y amplitud térmica, anual y
diurna, bastante marcadas. La mayor amplitud térmica y el déficit de radiación
solar llegan a su límite en las zonas polares donde se unen tres factores: la
transparencia de una atmósfera con bajo contenido en vapor de agua, la reducida
cantidad de radiación recibida al incidir los rayos solares muy oblicuamente
sobre la superficie, hasta el punto de que durante el invierno la insolación es
nula, y el alto albedo de los hielos polares.
Según
lo descrito, la zona ecuatorial debería ser la más cálida y las zonas polares
las más frías. Pero si bien es cierto que el descenso latitudinal de la
temperatura es una realidad, también lo es que se produce con grandes
irregularidades, debidas a las distorsiones producidas por la distribución de
los continentes y los océanos. La mayor inercia térmica del agua determina que
los océanos se calienten y enfríen dos veces más lentamente que los
continentes. Esto explica el efecto termorregulador de los océanos en los
climas costeros, nunca tan extremados como los continentales, al suavizar el
mar las temperaturas tanto frías como cálidas, disminuyendo así los contrastes
térmicos. Por otro lado la amplitud aumentará con la continentalidad.
Otra variación importante en relación con la temperatura se da en las distintas
fachadas marítimas de los continentes debido a la acción de las corrientes
marinas. En latitudes altas y medias; las corrientes marinas frías originan un
descenso en las temperaturas en las zonas costeras orientales del Hemisferio
Norte: En latitudes tropicales, por el contrario, las corrientes marinas frías
inciden sobre las costas occidentales, refrescándolas. De ello resulta una
doble disimetría térmica entre las regiones costeras de los continentes, lo que
influye en la distribución de la población en dichas zonas.
· Las precipitaciones son otro de los elementos que debemos tener en cuenta para clasificar los climas. Tres factores determinan básicamente la distribución de la precipitación total anual en la Tierra: latitud, continentalidad y relieve.
El factor latitud se aprecia al observar el mapa en el que se representa la distribución de las precipitaciones anuales. Las isoyetas, líneas que unen puntos que reciben igual cantidad de precipitación, delimitan los grandes "cinturones de lluvia" de clara disposición latitudinal.
La zona ecuatorial, bajo el dominio de la "zona de convergencia intertropical", recibe abundantes y continuas lluvias durante todo el año, más de 2.000 mm.
En las zonas tropicales húmedas oscilan entre 2.000 y 500 mm. de precipitación, disminuyendo a medida que se avanza en latitud, ya que debido al vaivén de la convergencia intertropical parte del año están bajo su influencia y parte bajo la influencia de los anticiclones tropicales.
En las zonas tropicales secas las precipitaciones descienden progresivamente hasta ser inferiores a 250 mm anuales en los desiertos subtropicales.
La cantidad de precipitación aumenta progresivamente en latitudes medias, donde llega a superar los 1.000 mm. Estas precipitaciones van siempre asociadas a las borrascas del frente polar.
Finalmente, en las zonas polares, las precipitaciones descienden de nuevo hasta menos de 250 mm, debido a las masas de aire con bajo contenido en vapor de agua.
La continuidad de los cinturones de lluvia de disposición latitudinal se rompe por efecto de la distribución de mares y continentes. De forma muy general puede decirse que el litoral recibe mayor cantidad de precipitaciones que el interior de los continentes, aunque son notables las diferencias entre unas costas y otras. En latitudes bajas -zona ecuatorial y tropical-, las fachadas orientales de los continentes reciben mayor cantidad de lluvia que las occidentales por influencia del alisio marítimo, de los monzones y de las corrientes cálidas marinas. En latitudes medias, la fachada occidental es la que recibe mayores precipitaciones, como consecuencia del dominio general de vientos del Oeste y del influjo de las corrientes marinas cálidas. Por el contrario, las costas orientales, afectadas por corrientes frías y por un viento del Oeste que se ha desecado al atravesar el continente, son mucho más secas.
La altitud, al menos hasta cierto nivel, acrecienta las precipitaciones, por lo que la presencia de cadenas montañosas distorsiona aún más la disposición latitudinal de las lluvias. En general puede establecerse que la montaña es una isla más húmeda que su entorno, aunque presenta diferencias claras, entre una y otra de sus vertientes, según cuál sea la expuesta a los vientos dominantes. Las áreas situadas al pie de la vertiente de barlovento y la propia vertiente son mucho más húmedas que las zonas situadas a sotavento. Por estas características, a las que se debe sumar la peculiaridad de su régimen térmico y el descenso de la presión al aumentar la altitud, la montaña constituye un enclave meteorológica y climáticamente diferenciado de las características regionales o zonales que le corresponderían.
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