El
efecto invernadero es un fenómeno natural, convertido por el hombre en una
amenaza a su propia seguridad. Los principales gases producto de la actividad
humana que contribuyen al efecto invernadero son: el bióxido de carbono o gas
carbónico ( CO2), el metano (CH4), los óxidos nitrosos (N20),
los clorofluoro-carbonos (CFCs) y el ozono troposférico (O3). Se
derivan principalmente del consumo de energía, de la actividad industrial y de
la expansión de la agricultura.
Los
cambios climáticos que se derivan del acentuamiento del efecto invernadero se
encuentran relacionados con:
- Los excesos de niveles de consumo y de producción de desperdicios de las sociedades industrializadas.
- El crecimiento de la población y el acentuamiento de la pobreza en los países en desarrollo.
- La priorización del desarrollo económico, excluyendo de sus indicadores la mayor parte de los costos sociales y ambientales que se generan.
- La estructura de las relaciones económicas internacionales, profundamente injustas para la mayor parte de la humanidad.
Las
posibilidades de alcanzar metas que permitan minimizar los efectos del cambio
climático implícito en el proceso actual de desarrollo, depende de un esfuerzo
concertado entre todos los países de la Tierra.
El efecto invernadero no es, por sí mismo, una amenaza para la vida en la Tierra. Pero la actividad humana tiende a aumentar la concentración de CO2 y otros gases en la atmósfera. Como consecuencia, una mayor cantidad de energía calórica solar es atrapada en la atmósfera, elevando la temperatura promedio del planeta.
Entre
los efectos previsibles de las tendencias actuales se encuentran:
- Una posible elevación del nivel del mar de unos
20 cm. Las consecuencias sobre las zonas costeras serían catastróficas. Se
amenazaría la seguridad de más de 2.000 millones de personas que viven en
zonas costeras. Se modificarían los patrones de las lluvias, de las pestes
y los ciclos de la agricultura. Enfermedades como la malaria y el dengue
podrían extenderse sobre una mayor proporción de la superficie de la
Tierra.
- Probablemente
se acentuaría tanto la intensidad como la frecuencia de huracanes y
ciclones en la zona tropical y se extenderían a latitudes hoy poco
afectadas o fuera del alcance de estos fenómenos naturales.
- Posiblemente
se afecte la estabilidad de los bosques tropicales y su diversidad
biológica, debido a su alto grado de vulnerabilidad a cambios en el
equilibrio ambiental.
- Los
arrecifes de coral contienen la mayor diversidad genética después de los
bosques tropicales, incluyendo un tercio de todas las especies de peces
que se conocen.
- Un cambio
en 2 o 3º C. en la temperatura promedio del planeta podría aumentar la
pluviosidad en zonas de alta precipitación, principalmente en los
trópicos, afectando a los ciclos agrícolas, agravando las inundaciones y
la erosión de los suelos. Pero también puede causar una menor
precipitación en épocas de sequía, con considerables efectos sobre la
agricultura, así como sobre el suministro de agua y alimentos a zonas
pobladas.
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